Te espero para darte el azúcar de mi vida, deseo que puedas lamer el nectar escondido,
aquí, guardado para ti, dispuesta a todo
para ti.
Abro mis ventanas de par en par, para darte de la leche que sacie
y endulce tu paladar, rocio, aguas, manantiales.
Dispuesta y ansiosa
para ti.
No quiero decir nada acerca de esto, lo primero que leo suyo, con lo que que siento, y el sabor que me deja en los ojos me basta. Gracias mujer llamada sofía si así te llamas, por, un sabado a las 5:32 de la tarde, dejarme gozar tanto con tan pocas palabras. La linkeo de una vez por mi blog, y le aseguro sucesivas visitas. quedé con ganas. ahora sigo leyendo hacia atrás, y si de alguna manera he de responderle, le envío éste link: http://obrasincompletas.wordpress.com/2008/10/21/sexta/
ResponderEliminarLeoncio Martínez.
Un saludo largo y tendido
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl deseo es lo que nos impulsa, el que nos mueve. No esperes - si hay búsqueda, hay encuentro!
ResponderEliminarGracias por pasar por donde creamos el tiempo. Espero verte más veces!
Un abrazo
Ante todo quiero agradecerte tu visita a mi blog; siempre sos bienvenida a mi espacio.
ResponderEliminarMuy bello lo que escribís.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaruhmmmmmm
ResponderEliminarTe das toda.
ResponderEliminarQue sea para bien.
Besos.
Uf! Tremendo, Sofía. Esa admirable capacidad de darse es como poco admirable.
ResponderEliminarDichoso quien así te halle...
Besos.
Se echa de menos leerla.
ResponderEliminarSigue Sofia, sigue... has empezado un bonito vuelo Golondrina, hay que seguir volando!
ResponderEliminarbesos